A partir de 2002 ha habido un cambio sustancial en el camino de muchos alimentos, desde la fuente hasta la mesa de las comunidades más pobres y vulnerables. La compra de una parte de la producción familiar en Brasil vía programas del mercado institucional, que ayuda a sacar a esos agricultores de la sombra de la economía, es un ingrediente político nuevo que altera sabores y escenarios y que puede tornarse una receta para otros países.
En esta publicación, quilombolas, trabajadores rurales del Movimiento Sin Tierra asentados con la Reforma Agraria, indígenas y representantes de comunidades afectadas por represas en Brasil, juntamente con la agencia ecuménica de cooperación británico irlandesa Chirstian Aid y sus asociados – Comisión Pro Indio de São Paulo (CPI-SP), MST y MAB – colocan en la balanza esos ingredientes. Evalúan de forma colectiva los obstáculos en la aplicación de los programas y las políticas gubernamentales de acceso a mercados.